Era un inglés que tenía un rostro extra en al nuca. El rostro no podía hablar, ni comer; pero sí podía reir y llorar. Algunas Veces en las que Edward estaba llorando, el rostro se reía o se burlaba de él, Edward pensó que debía ser el castigo por alguna acción maléfica de antepasados suyos. Continuamente, suplicó a los médicos que le extrageran su "gemelo demoniaco" porque según él, le susurraba cosas horribles durante la noche. Ningun médico se atrevió a extraerle su otra cara, se suicidó a los 23 años. Antes de morir dejó una nota diciendo que le cortasen su segundo rostro para que en la tumba pudiese descansar en paz.
Fuentes: www.desmotivaciones.es y www.es.wikipedia.org.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar